3 nov 2008

MANUEL CARBALLAL NOS HABLA SIN PELOS EN LA LENGUA

Entrevista realizada por David Cuevas.

Manuel Carballal está de moda, o al menos, vuelve a estarlo. Actualmente, es habitual ver sus reportajes publicados en las tres revistas del sector, siendo portada en algunas de ellas. Él iba para cura, pero se lo pensó dos veces y gracias a dicha decisión, el mundillo de la auténtica investigación paranormal ha ganado al que, posiblemente, sea su mejor vástago.
Autor de numerosos libros como “El diablo: el síndrome del maligno”, “Secuestrados por los OVNIs”, “Los peligros del esoterismo”, “Los expedientes secretos”, o su más reciente “El secreto de los dioses”, este experto gallego en teología y criminología, tras haber intervenido en prensa, radio y televisión en incontables ocasiones, es responsable de numerosos artículos, reportajes e investigaciones, muchos de ellos de marcado carácter polémico y desmitificador, que le han costado no pocos disgustos en el mundillo de lo ignoto.
Director de los programas radiofónicos y televisivos de “Mundo misterioso”, es también un experto ilusionista y conocedor de todo lo tocante a sectas, servicios secretos o crimen organizado, así como investigador privado, tirador deportivo con arma corta, paracaidista, guía de viajes, etc.
Ha colaborado en las revistas oficiales “Ciencia Policial”, “Policía”, “Guardia Civil” y “Mundo Policial”, así como en los diarios “La voz de Galicia”, “El correo gallego” o “El mundo”, o los semanarios “Interviú”, “Tribuna” o “Tiempo”. También fue asesor de programas y series televisivas, tales como “Policías, en el corazón de la calle”, junto a Clara Tahoces, en los episodios octavo y noveno de su 1ª temporada.
En su abultado palmarés, Carballal destaca por haber sido el primero en conseguir una confesión oral del autor del supuesto fraude ummita, así como el encargado de destapar a famosos estafadores de lo paranormal como Andrés Ballesteros, Octavio Aceves o Ricardo Schiariti. También fue él quien consiguió el famoso informe policial que autentificaba el célebre poltergeist de Vallecas, así como el encargado de divulgar, tras colarse ilegalmente en la cámara de descarga de la Gran Pirámide, que nada tenía esta de mistérica.
Una cita para conocerle mejor: “Hay varios tipos de investigación ufológica. Existe la ufología de campo, y la ufología de salón. Yo practico la ufología radical”. Manuel Carballal.

Pregunta obligada y no por ello menos importante: ¿Cómo se inicia el pequeño Carballal en estos temas de lo ignoto?

Naciendo... desde que tengo uso de razón, me recuerdo interesado por el mundo del misterio. Primero canalicé esa inquietud a lo que conocía por mi contexto cultural... es decir, la iglesia (milagros, apariciones, fenómenos místicos...). Aunque después de estudiar teología católica durante cinco años, uno termina perdiendo la fe en la iglesia, y buscando respuestas en otros lugares.

¿Si tuvieras que elegir a una fuente inspiradora en esto de lo extraño como “intocable gurú” en tus infantes inicios, quien fue él y por qué?

Afortunadamente no reconozco una fuente única. He tenido la suerte de conocer a "gurús" muy diferentes y hasta contradictorios, y creo que todos me han influido de alguna manera: J.J. Benítez y Ballester Olmos, Freixedo y Faber-Kaiser, Gasparetto y Castaneda, etc. Pero sin duda fueron compañeros de viaje, como Cardeñosa, Sierra y Guijarro, por edad, o Miguel Blanco, por haber compartido mil situaciones en todos los rincones del planeta, los que, quizás, más me han marcado.

¿Y el que más?

¿El que más? te diría que Miguel Blanco probablemente sea del que más he aprendido, porque es con quien he vivido más situaciones difíciles, y es fácil aprender mucho de alguien que ha dado siete veces la vuelta al mundo... Me hubiese gustado haber tenido la oportunidad de aprender tanto de alguien como Andreas Faber-Kaiser, pero no me dio tiempo.

Miguel siete veces como vidas los gatos... ¿y tú?

Pues nunca me he puesto a contar los kilómetros, pero aunque creo que podría rodear el planeta, siento que todavía me queda lo más importante por descubrir.

Empiezas a publicar tus trabajos e investigaciones en varios medios... prensa, radio y televisión. ¿Con cual de los tres te quedas y cual es la razón?

La televisión tiene mucha más proyección y te permite llegar a más gente, aunque la magia de una página en blanco, y la libertad de las palabras en negro sobre blanco, es lo que de verdad te permite expresar lo que sientes y lo que piensas.



Además de experto en mil cosas que mi joven mente no es capaz de enumerar en menos de diez párrafos, ¿con cual de esas materias te quedarías si tuvieses que escoger tan solo una?

No soy experto en nada. De hecho, no podría definirme como periodista, ni como criminólogo, ni como teólogo, ni como escritor, etc. Creo que el único concepto con el que me siento identificado es con el de investigador. Con todo lo que ello implica, y en todos los sentidos. Necesito buscar las respuestas a las preguntas que no las tienen... todo lo que haga para llegar a esas respuestas, sólo son caminos para llegar a ese fin.

Pero en lo que se refiere a esa investigación, ¿con cual de sus ramas te quedas? ¿La paranormal, la criminológica, la sociológica...?

La religión, por supuesto. Los seres humanos sentimos, vivimos y matamos en función de lo que creemos, y nada condiciona más la historia, la cultura y la sociedad de un pueblo, que sus creencias religiosas. Ahí es donde nace todo lo demás.

Y hablando de religión... el diablo, satanismo, sectas peligrosas... ¿Qué recuerdas de tu primer libro, el cual versaba sobre estas temáticas?

Ahora, sin embargo, con la perspectiva del tiempo, y de una decena de libros más, supongo que nunca habría escrito un libro como aquél. Queríamos expresar muchos años de esfuerzo en un tema maldito, en el que nadie había hecho nada antes (y me temo que tampoco se ha hecho mucho después) y fracasamos. Lo más importante quedó por contar en una segunda parte proyectada, pero que nunca llegó a publicarse.

¿Son realmente peligrosas las prácticas paranormales?

¡Por supuesto!. Aunque no tanto como conducir sin carné (o incluso con él), un botellón con garrafón, practicar la caza sin dominar el uso de las armas, consumir drogas aunque "tu controles", y casi cualquiera de las cosas que hace un joven español en el siglo XXI. Todo tiene sus riesgos, y si se trata de algo con un componente emocional tan importante como las prácticas paranormales, aún más.

¿Has hecho ouija muchas veces?

No tantas como me hubiese gustado, pero creo que las suficientes para hacerme una opinión bastante documentada sobre la vasografía.

¿Algún digno (o no) susto de ser narrado a los lectores?

Naturalmente, sobretodo teniendo en cuenta que, como todos los adolescentes, mis amigos y yo comenzamos a "jugar al espiritismo" siendo casi unos niños, y en esa época casi cualquier cosa que ocurre en torno al tablero, te sobresalta. Eso es lo que lo hace tan excitante. Pero si te refieres a una experiencia paranormal inexplicable científicamente, no. Sin embargo, analizando algunas grabaciones de sesiones de la época, recientemente sí que me he encontrado cosas interesantes, y poco tranquilizadoras, como una sesión en que el supuesto ente nos invitaba a viajar al otro mundo, quitándonos la vida, claro.
A veces me he preguntado si en casos como el de los suicidas de Tarrasa, que a mí me hizo invertir en su investigación mucho tiempo y dinero, pudo ocurrir algo parecido.

¿Y alguno de tus amigos, o tú mismo, llegó a plantearse tal disparate?

No, afortunadamente éramos gente muy sana y muy lúcida. Las pasadas navidades nos reunimos muchos de los compañeros que hicimos aquellas sesiones hace 20 años, y reflexionando sobre lo que fue aquella forma de vivir nuestra adolescencia: cambiando los conciertos, los botellones o las noches de disco, por veladas haciendo psicofonías en cementerios, buscando OVNIs en los cielos, o visitando enclaves arqueológicos en busca de algún misterio; fueron una forma muy sana y enriquecedora de vivir nuestra adolescencia.

¿Que son los OVNIs, según Carballal?

Un conjunto, bastante heterogéneo, de fenómenos de diferente origen y naturaleza, que solo tienen, como común denominador, el desplazarse por el aire en algún momento, y ser inidentificables por el observador. Lo que tengo bastante más claro es que no pueden ser astronaves alienígenas, si es eso a lo que te refieres. La hipótesis extraterrestre es demasiado pobre para explicar la maravillosa complejidad del fenómeno OVNI.

¿Los has visto alguna vez?

Sí. Dicen que el que busca... En más de una ocasión he visto cosas que no he sabido identificar... claro que no conozco a nadie que conozca y reconozca absolutamente todos los fenómenos que se pueden dar en los cielos. Aunque evidentemente una experiencia es siempre la que más te marca.

Y esa experiencia a la que haces mención... ¿le encontraste explicación?

Te prometo que lo intentamos honestamente, tanto Javier Sierra, que fue mi compañero en aquella experiencia, como yo. Han pasado 21 años, y todavía no hemos encontrado una explicación satisfactoria... pero en ningún sentido.

¿Qué es más peligroso, un contactado que ve peligrar su cuenta corriente, un vidente descubierto en pleno fraude o un arpio cabreado?

Un curandero que convenza a un enfermo grave de que su "magia" es más efectiva que la medicina convencional... al lado de eso, contactados, videntes o pseudo-escépticos son un mero juego de niños...

En lo que respecta a tus investigaciones dentro de lo esotérico... ¿has llegado a sentir una especie de “síndrome de Estocolmo” al destapar el fraude de un falso vidente?

Hace muchos años que aprendí a distanciarme del objeto de la investigación. De hecho, preferí dejar de investigar casos como el de Prospera Muñoz, Paco Padrón, etc, porque tomé tanto cariño a los testigos que era consciente de que no iba a ser objetivo en la investigación. Pero es cierto que, cuando en una investigación de un caso extraordinario te implicas mucho, aunque sólo sea por los años que dedicas al tema y por el trato cercano con los protagonistas, como en los casos Daro, UMMO, Andrés Ballesteros, etc... y finalmente descubres que todo el caso es un fraude, tienes unos sentimientos muy contradictorios.
Te puedes sentir satisfecho por haber conseguido desenmascarar el engaño, pero, evidentemente, te sientes dolido por la crueldad y la desfachatez de los que trafican con los sentimientos y las creencias de los demás.

En alguna que otra ocasión, algún compañero ha tenido que sacarte de ciertas comisarías o cuarteles militares debido a tu perenne cabezonería tras los OVNIs... ¿nos lo cuentas?

Es cierto que he tenido incidentes tanto con la policía, como con la guardia civil, y los tres ejércitos por "colarme" en lugares donde se supone que un civil no debía estar, y menos aún un investigador.
Me han encañonado algunas veces, y me han confiscado las cámaras algunas otras. Pero creo que únicamente en una ocasión, en la Base Aérea de la Virgen del Camino, tuve que telefonear a un amigo, un militar del Ejercito del Aire, aficionado a los OVNIs, para que viniese a convencer a los oficiales de que no era un terrorista. Sin embargo aquellas alocadas aventuras me dieron una buena perspectiva sobre el mundo de los secretos oficiales. Ahora sigo pensando que las cosas interesantes sólo están en los lugares prohibidos... pero ya no me pillan como antes. Quizás, en los últimos dos años, haya recibido más información sobre este tema que en toda mi vida.

Hasta el mismísimo J.J. Benítez fue testigo de ello...

En una ocasión, Juanjo Benítez había quedado en venir a mi casa, y al día anterior tuve que llamarle desde León para decirle que me habían pillado y que no iba a poder llegar a tiempo a la cita.


¿Cómo eran esos tiempos en los que esa tercera generación, formada por Javier Sierra, Bruno Cardeñosa, Moisés Garrido, Josep Guijarro y tú mismo, entre otros, os jugabais algo más que tiempo libre para adquirir ciertos documentos?

Pues yo creo que exactamente igual que ahora, solo que sin Internet. Teníamos que gastarnos una buena parte del presupuesto en sellos, sobres y fotocopias, algo que ahora suena prehistórico. Hacíamos fanzines impresos en lugar de páginas web, pero no creo que nuestro entusiasmo, nuestras ilusiones, y también nuestra ingenuidad e inexperiencia, sean diferentes de lo que sienten los jóvenes de 15 o 20 años que ahora se inician en estos temas. Yo, sinceramente, creo que la generación de Antonio Ribera o Jiménez del Oso, lo tuvo más difícil que la de Benítez o Enrique De Vicente, porque tenían menos bibliografía, menos fuentes, menos libertades... De la misma forma, nosotros tuvimos más facilidades, más fuentes y, sobre todo, la experiencia previa de esa segunda generación. Y, por lógica, ahora las nuevas generaciones de investigadores tienen más medios, más fuentes y más referencias que ninguna otra, así que, probablemente, ahora estamos más cerca de la verdad que nunca.

En lo que a lo criminológico respecta... ¿te has topado alguna vez con un “psicokiller”?

Probablemente las mismas veces que tú, teniendo en cuenta que la psicopatía es un trastorno social muchísimo más frecuente de lo que se supone. Pero si te refieres a haberme enfrentado a un asesino múltiple conscientemente, no. He conocido homicidas, incluso asesinos, y por supuesto también varios presuntos, pero ninguno de ellos era un serial... al menos que sepamos.

¿Te gustaría? Con rejas de por medio, se entiende...

Me gustará. Uno de los primeros proyectos que diseñamos en el CIAC (Centro de Investigación y Análisis de la Criminalidad Sexual y Violenta) tras su fundación, fue una adaptación del VICAP del FBI a la criminología española, lo que incluía entrevistas a los seriales condenados en España. Yo empecé a hacer algunas gestiones con Instituciones Penitenciarias, pero es un proyecto ambicioso y que llevará tiempo.
Tuve la suerte de ser comisionado por el CIAC para entregar a Robert Ressler (autor del término “asesino en serie”, inspirador del personaje de Fox Mulder en “Expediente X” y principal impulsor del VICAP) nuestro diploma como miembro honorífico del CIAC, y me dio algunos consejos muy útiles para esas entrevistas.

¿Cuál es la investigación de la que mejores recuerdos guardas?

Es imposible escoger una. Recuerdo con cierto orgullo los casos difíciles que pudimos cerrar por explicados: Daro, Schiariti, UMMO, Fergana, Dendera, Bellesteros, Nazca... porque cada caso es como una partida de ajedrez en la que tu raciocinio y tu capacidad de investigación debe encontrar respuestas al misterio, y vencerlo. Y cuando lo consigues, resulta muy reconfortante, intelectualmente hablando. Pero es que, tras cada uno de esos casos, hay muchas horas de estudio, viajes a lugares remotos, experiencias compartidas con personas que siempre te enseñan algo... siempre he dicho que lo más maravilloso de la investigación no es llegar a resolver un misterio, sino todo lo que aprendes en el camino mientras lo intentas.

¿Y aquella que prefieres ni recordar?

La verdad es que prefiero recordarlas todas, incluso las situaciones más desagradables, porque con frecuencia son las que te enseñan más cosas, incluso sobre ti mismo. No creo que sea bueno olvidar ninguna experiencia por dolorosa que haya sido... o de lo contrario estás condenado a repetirla.

¿Un consejo a los jóvenes investigadores?

Escuchar a todos... sobretodo a los que no opinan como tú. Ésa es la única manera de revisar permanentemente tus convicciones y contrastar tus argumentos con los de quienes no piensan como tú. Desconfía de quienes aseguren tener una verdad absoluta, ya sea religiosa, pseudo-científica, pseudo-espiritual, etc.

¿Y a los auténticos veteranos?

Respeto mucho a mis mayores, y jamás me atrevería a darles un consejo. Al contrario, prefiero escuchar lo que tienen que decir. Incluso aunque, con frecuencia, sea demasiado rebelde para no repetir por mí mismo sus propios errores.

Pregunta irónica: últimamente están muy de moda (o puede que nunca hayan dejado de estarlo) esas peligrosas investigaciones, a pecho descubierto y sin red, sobre lugares malditos, fenómenos que desafían a la razón (o sinrazón) lógica o sobrecogedoras parafonías... ¿qué piensa un veterano como tú de tales menesteres?

Pues que desde que Harry Price buscaba fantasmas en la Rectoria Borley, deberíamos haber evolucionado algo más. Me parece lógico y comprensible que adolescentes ansiosos de adrenalina y fascinados por el misterio, "jueguen" a parapsicólogos en cementerios abandonados, casas derruidas y "lugares malditos"... yo mismo lo hacía cuando tenía 15 o 20 años... pero creo que a estas alturas todo eso está totalmente fuera de lugar. Y, además, creo que da una imagen inmadura, infantil, sensacionalista y, por supuesto, injusta de lo que es la investigación paranormal. No me extraña que los médicos, físicos, químicos, y demás científicos interesados de verdad por lo paranormal prefieran ocultarse antes de que se les relacione con esos "cazafantasmas".

Y hablando de modas... cuéntame una de esas anécdotas en las que hayas pasado mucho miedo (sí, esta también es irónica, pero... ya que estamos...)

Yo soy muy cobarde y he pasado miedo muchas veces. O al menos una cierta inquietud. La última, hace unas semanas, mientras pasaba una noche con Miguel Blanco en la casa de un supuesto poseído por el diablo que ya ha movilizado a exorcistas de tres obispados españoles. Pero también pasé miedo cuando nos colamos en un polvorín de la armada en Ferrol, donde supuestamente había aterrizado un OVNI, y me encontré con el cañón de un Cetme apoyado en mi frente; o cuando descubrimos en Haití que el ritual de unos diableros vudú era un fraude, y la situación se nos fue de las manos hasta el extremo de tener que sacar los machetes; o cuando me pilló la policía egipcia por colarme de noche en las cámaras de descarga de la Gran Pirámide; o la primera vez que tuve que saltar de un avión en paracaídas, siguiendo la pista de los expedientes OVNI que aún no ha desclasificado Defensa... la lista sería interminable.

¿Crees que la palabra “investigación” le queda demasiado grande a algunos?

Creo que el 99% de las personas que se autodenominan videntes, mienten; y que el 99% de los que se autodenominan escépticos, también. Y ésa es la misma proporción que aplicaría a quienes se autodenominan investigadores. Pero creo que eso se debe a que, socialmente, se ha identificado la investigación con la divulgación. Y lo cierto es que existen grandes investigadores que no divulgan sus trabajos, y que el 99% de los divulgadores de estos temas no han investigado nada nunca, porque encuestar a un testigo, hacerle dos fotos y publicar un reportaje, no es, en mi humilde opinión, una investigación. La investigación es algo mucho más serio, más caro, más lento y más complejo.

Hay un extenso artículo, publicado hace más de diez años, que marca un antes y un después en tus andares por los medios... su nombre: “La prostitución del periodismo paranormal”. Aquello te costó caro, ¿verdad?

Mucho. Casi diez años de veto permanente en prácticamente todas las revistas, programas, congresos, editoriales, etc, sobre estos temas. Sin embargo, fue una buena cura (obligada) de humildad, porque me enseñó que es posible seguir sintiendo la misma pasión por investigar, incluso aunque no puedas publicar tus estudios en los grandes medios comerciales. Así que me creé mi propia revista: “El Ojo Critico”, que ha continuado publicándose ininterrumpidamente desde entonces. Y me demostró que, si realmente amas estos temas, no necesitas el beneplácito ni el permiso de "los grandes intocables" de estos temas para dedicarte a investigar. Si tienes claro que lo que buscas en estos temas no es hacer amigos, caer bien, ni hacerte famoso, no tendrás ningún problema, porque los sucesos inexplicados han existido siempre, y continuaran existiendo cuando “Mas Allá”, “Año/Cero”, “Enigmas”, “Cuarto Milenio”, “Espacio en blanco” o “El Ojo Critico” hayan desaparecido.

A día de hoy... ¿se arrepiente Manuel Carballal de haberse atrevido a publicar tal escrito con su rúbrica?

Cada vez menos. Pero me irrita mucho cada vez que veo que las nuevas "vacas sagradas" del misterio como Iker Jiménez, con mucha más información que nuestros predecesores, publican una y otra vez los mismos casos ya resueltos, los mismos tópicos y los mismos fraudes que en los 90 comercializaban los Manuel Delgado o los Ángel Gordon (el del gnomo de Girona) de la época, y en los 80 los Sebastián D’Arbó, o los Alés, y en los 70 los Ribera o los Francisco de Asís Rovatti, etc. El periodismo paranormal sigue tan prostituido ahora como cuando yo escribí aquel artículo que me salió tan caro, pero no más que el periodismo político, el periodismo rosa, el periodismo deportivo, etc... Supongo que la prostitución a algún tipo de poder, es una característica inherente al periodismo.

¿Lo volverías a hacer?

Teniendo en cuenta que no ha servido absolutamente para nada... seguramente sí.

Hacías una reflexión interesante... ¿no crees que hayan cambiado en algo, según tu parecer, las cosas en los últimos años?

Esencialmente no. Creo que siempre han existido personas bienintencionadas, normalmente creyentes, que actúan de buena fe. Pero, a mi juicio, el problema está en individuos, tan profundamente desencantados y escépticos, que proyectan en los demás su propia incredulidad, y que comercian con el misterio pensando, sinceramente, que todos los demás lo hacemos... "Si todos sacan partido de decir que en Roswell se estampó una nave alienígena, y de vender piedras de Ica, fantasmas de Linares, o castillos encantados, ¿por qué no lo voy a vender yo también?". Esos son los que yo llamo parásitos del misterio y que, por desgracia, se procrean como conejos de Duracell.

Podría ser éste, según dicen, el caso de personajes de nueva cuña como Miguel Ángel Segura...

¿Quién es Miguel Ángel Segura? ¿El mismo cansino de los ovnipuertos de Puerto Rico?

No, ese es Reinaldo Ríos. Segura es el de las psicofonías del Hospital del Tórax en Tarrasa. Éste que decía, según círculos internos, que quería llegar a lo más alto en estos temas, costase lo que costase, aunque ello incluyese vender fraudes en el intento, ya que, como otros se lucraban de los mismos, él no iba a ser menos...

Yo no he oído ninguna psicofonía (auténtica) en el Tórax, ni he visto jamás ningún ovnipuerto en Puerto Rico... y tipos que quieran llegar a lo más ¿alto? costase lo que costase conozco varias docenas; así que, si dices que éste es uno de ellos, le auguro un futuro tan exitoso como el de Iker Jiménez, el Profesor D’Arbo, Antonio José Alés, y tantos otros famosos divulgadores del misterio... cueste lo que cueste.

Manu... ¿el mundillo está revuelto?

(Risas) Siertamente, señor Contreras, siertamente (más risas). Pero no más que cuando Benítez y Ballester se pegaban (dialécticamente) en las páginas de las revistas “Karma 7” o “Mundo Desconocido”, o no más que cuando Germán de Argumosa y el Padre Pilón se ponían verdes en las calles de Bélmez, etc, etc, etc.
La única diferencia es Internet. Si la red hubiese existido en los años 60, 70 u 80, tendríamos foros paranormales, logs de canales de charla e intercambios de e-mails tan apasionados como los que se producen actualmente. Internet no ha hecho más que amplificar un rugido de egos que ha existido siempre, tanto en el mundo del misterio, como en el mundo de la política, del deporte, de la medicina, etc.

Cuéntame algo que no sepa nadie... todavía

A 120 kilómetros por hora, y sin parar a repostar, un hipotético secuestrador podría haber sacado a Madeleine MacCann de Portugal, por la frontera de Huelva, antes de que la policía hubiese llegado al apartamento de los padres... exactamente en una hora y 18 minutos...
Es que acabo de regresar de Praia da Luz y todavía no se lo había contado a nadie...

Gracias, pues. Si tuvieras que volver a denunciar a personajes que se lucran con estos temas, ¿te atreverías de nuevo a ponerles nombres y apellidos?

¿Te refieres a haber mencionado a los directores de las revistas comerciales donde yo colaboraba, o de los programas de radio o televisión donde me entrevistaban, o a los organizadores de viajes "iniciáticos", congresos y conferencias astroarqueológicas a los que me invitaban antes de escribir aquel artículo?
Supongo que sí. Aunque quizás deberías matizar la pregunta. Porque, en principio, se lucra todo aquel que cobra una remuneración económica por ejercer un trabajo, es decir, todos los médicos, maestros, periodistas, policías, fontaneros, arquitectos, y demás profesionales de todas las áreas de la sociedad.
Lo que yo cuestionaba no era la profesionalización en una forma de periodismo, sino el hecho de mentir conscientemente para conseguir esa remuneración. Yo opino que es más respetable alguien que cree en lo que dice, incluso aunque tú no compartas esa afirmación; que aquel que no cree en lo que dice, incluso aunque tú compartas dicha aseveración. Porque el primero quizás se equivoca, pero el segundo miente. Y si encima se lucra por ello, peor.

Si tú no fuiste políticamente correcto en su momento, yo no voy a ser menos... ¿Qué opinas de aquellas conexiones en directo en programas de radio varios (por poner un ejemplo, caso Tomares), protagonizadas por José Manuel García Bautista, donde lo paranormal se vuelve de lo más normal, oyéndose en directo todo tipo de ruidos, susurros y hasta un previo sms amenazante desde el más allá?

Solo he escuchado una, en Boira Radio, supongo que te refieres a eso, y además narrando un supuesto suceso paranormal de un poltergeist que yo no he visitado ni conozco. Pero partiendo de mi experiencia personal, y me he pasado la vida buscando una prueba empírica de sucesos paranormales, como esos poltergeists, sólo puedo expresar una opinión: O García Bautista es el tipo con más suerte del mundo, o la conexión que yo escuché es un montaje radiofónico del calibre de las niñas del camposanto o los pseudo-análisis criminalísticos a las caras de Bélmez.

Y en caso de que sea fraude (Dios no lo quiera, oiga...), ¿donde quedaría el Sr. Bautista?

Pues supongo que en lo más alto de estos temas, costase lo que costase... así lo habías expresado, ¿no?

A mí que me registren...